
48 horas con las mentes que están cambiando la historia

El meteorito viene directo hacia nosotros
En febrero leí "Situational Awareness", un ensayo de Leopold Aschenbrenner, ex investigador de OpenAI. La idea central me voló la cabeza: ni siquiera las personas dentro de la industria tecnológica entienden realmente las implicancias de lo que está pasando con la IA. Los cambios que vienen serán cientos de veces mayores que los de la Revolución Industrial y llegarán en meses, no en décadas.
Le mandé el ensayo a Pedro Pineda (CEO de Fintual) y me respondió que ya lo había leído. Estábamos en la misma página de entusiasmo/paranoia. Me mandó un link por Whatsapp: YC AI Startup School. "Mira esto para que te dé ansiedad", me dijo.
Era la primera edición de un evento enfocado exclusivamente en IA, donde Sam Altman (OpenAI), Elon Musk, Jared Kaplan (Anthropic) y otros serían speakers. Dirigido a los 2,500 mejores estudiantes e investigadores del mundo, todos seleccionados a mano.
Pedro creía que no teníamos ninguna chance de entrar. Postulé igual. Casi 20,000 personas tuvieron la misma idea.
90 días después, contra todo pronóstico, estaba en primera fila.
Dos horas de fila y un fundador de 15 años
San Francisco, lunes 16 de junio, 8:00 AM. La fila para entrar fue mi primer golpe de realidad.
A mi lado había veinteañeros con una claridad mental que no sabía que existía a esa edad. El 50% de los asistentes eran extranjeros, mayormente asiáticos concentrados en MIT, Stanford o Harvard. "Quiero construir esto", decían con una convicción absoluta. Todos con ganas de conectar y con un nivel de profundidad para conversar impresionante.
Conocí a un fundador de 15 años levantando capital para su startup de IA. No se me ocurrió nada relevante para preguntarle así que le pregunté cómo manejaba los temas legales por ser menor. Me sentí mentoreado por alguien con la mitad de mi edad: "siempre hay una herramienta, siempre hay una forma", me respondió con una claridad absoluta.
También conocí a un niño de 11 años que trabajaba como programador en Shopify mientras cursa su PhD. Como si fuera lo más natural del mundo.
Estaba en el mejor lugar del planeta en ese minuto y no iba a perder un solo segundo.
Sam Altman y el software que se crea "just-in-time"
La conferencia fue en un galpón simple, nada ostentoso - al estilo YC. Sin stands de marcas ni agenda comercial, solo conocimiento en estado puro.
Sam Altman abrió la mañana. Tiene ese carisma especial tipo Steve Jobs. Entre cada pregunta, una pequeña pausa, y luego una oración perfectamente hilada que te dejaba pensando.
La tónica: un llamado a construir. Hay un espacio gigantesco entre la capacidad que tienen los modelos de IA y lo que estamos construyendo. El cuello de botella ya no es la tecnología, somos nosotros.
Para construir, habló de defensibilidad. La mejor defensibilidad es la originalidad. "Construyan cosas raras", decía. "El éxito está en el pensamiento que va contra la corriente".
Otro concepto que se repetía: software que se genera "just-in-time", creado en tiempo real según las necesidades específicas de cada usuario y luego desechado. Impensado hace pocos meses, cuando el software tenía planificación y un precio gigantesco.
Antes de cerrar lanzó algo que me dejó aliviado. Habló de cómo el mundo se ha vuelto abrumador y lleno de interfaces innecesarias con la hiperconexión de los celulares. Pero confiaba en un futuro donde las interfaces iban a desaparecer. Las personas solo le dirán sus intenciones a la IA y esta ejecutará todo por nosotros.
Elon Musk y los "first principles"
Después vinieron otros speakers reconocidos como Jared Kaplan (Anthropic), François Chollet (Google) y Fei-Fei Li (conocida como "la Madrina de la IA"). Todos tratando de definir "inteligencia" desde su área de expertise.
Fei-Fei Li, responsable de gran parte de los avances en visión por computador, mencionaba que las máquinas no van a ser inteligentes mientras no entiendan el mundo como un lugar de 3 dimensiones. Su enfoque: mirar la naturaleza, ver cómo ha evolucionado el cerebro humano y replicarlo con máquinas.
Jared Kaplan definía la inteligencia como algo matemático: el ratio de eficiencia para usar experiencias pasadas en situaciones futuras. Mientras menos experiencias necesites para aprender algo nuevo, mayor inteligencia.
Luego vino Elon Musk.
Contó de la ingenuidad con la que comenzó SpaceX: su motivación no fue más que ir al website de la NASA, ver que no había ninguna misión orientada a Marte, y decidió hacerlo él mismo. Sin experiencia en cohetes, fue donde los rusos a comprar misiles intercontinentales. Cuando le subieron el precio, lo terminó haciendo él.
"First principles", repetía. "Si me dices que no se puede, explícame todos los pasos lógicos de por qué no".
Su predicción: la superinteligencia llega este año o el próximo. En el futuro, menos del 1% de la inteligencia de todo el planeta será humana. El 99% restante, de máquinas.
Un par de personas se fueron en forma de protesta antes de que partiera su charla, probablemente por su paso reciente en el gobierno de Estados Unidos. Fue el último presentador del día uno.
Después hubo cerca de 10 after-parties de diferentes empresas de IA. Tenía ganas de irme al hotel después de un día completo, pero me llegué a sentir culpable por no aprovechar cada segundo y terminé en las oficinas de Brex para cerrar el día.
Andrej Karpathy: "Los LLMs son espíritus con amnesia"
El día dos abrió con Satya Nadella (CEO de Microsoft) y luego vino la mejor charla del evento, por lejos.
Andrej Karpathy, ex líder de IA de Tesla, dio la analogía que mejor explica este momento: los Large Language Models son como un nuevo Sistema Operativo compartido. Como en los primeros días de la computación, cuando decenas de investigadores accedían a la misma máquina y no existía el computador personal, los LLMs hoy son como esos terminales de los 80's donde uno está directamente interactuando con el Sistema Operativo. Aún no inventamos el equivalente a la Interfaz Gráfica.
Su insight más profundo: "Para trabajar con LLMs hay que entender su psicología". Los LLMs son "espíritus de personas con amnesia". Simulaciones extremadamente poderosas de personas pero con algunos problemas cognitivos. Son espíritus entrenados para simularnos, pero sin aprendizaje continuo. Todavía no existe el equivalente al "dormir" que consolide su memoria y ajuste correctamente su comportamiento futuro.
El lugar explotó en aplausos cuando terminó. No exagero que fue como ver a un rockstar.
Unas horas después el evento terminó. Me fui al hotel infinitamente agradecido, pero también con hartas preguntas.
El vuelo de vuelta
Hoy tomo el vuelo de vuelta a Chile y tengo sentimientos encontrados. No por viajar, sino por dejar este ecosistema donde todos están empujando el límite de lo posible, y regresar a un lugar donde las cosas giran más en torno al pasado.
Pero quiero ser optimista.
Cada avance científico en la historia ha mejorado el bienestar humano. Y la IA es la tecnología que mayor avance científico va a permitir, con millones de investigadores artificiales trabajando en paralelo.
La IA no va a pedir permiso y nosotros tampoco deberíamos. Nos va a exigir una flexibilidad mental extrema. No va a haber un momento donde finalmente "estemos listos" o donde las cosas se estabilicen. Va a ser cambio continuo, acelerado, sin respiro.
Como startups tenemos una obligación de llevar la bandera de la IA y empujar estos cambios al resto de la industria. Porque el mayor cuello de botella no va a ser técnico, sino mental.
Procesar pagos con IA ya es posible. La pregunta no es si la IA va a cambiar los pagos, sino qué tan rápido lo haremos nosotros.